Hace mucho tiempo, en un pequeño pueblo llamado Ravenswood, había una casa abandonada conocida como la Casa del Susurro. La gente decía que estaba embrujada y que nadie se atrevía a acercarse. Sin embargo, un grupo de adolescentes curiosos decidieron explorarla una noche.
La casa estaba en ruinas, con ventanas rotas y paredes cubiertas de musgo. Los adolescentes se adentraron en el interior, buscando algo emocionante. Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que habían cometido un error. La casa estaba llena de una extraña energía, y comenzaron a escuchar ruidos extraños y susurros en sus oídos.
Uno de los adolescentes, llamado Michael, comenzó a sentir una fuerte presión en el pecho y se desmayó. Los demás lo llevaron afuera y lo dejaron en el automóvil mientras buscaban ayuda. Sin embargo, cuando regresaron, Michael había desaparecido.
Los adolescentes estaban aterrados y decidieron irse de inmediato. Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que algo los seguía. Era como si la casa los hubiera atrapado y no los dejara ir. Los ruidos y los susurros se volvieron más fuertes y más aterradores.
Finalmente, los adolescentes lograron escapar, pero nunca olvidaron lo que habían experimentado en la Casa del Susurro. Michael nunca fue encontrado, y se dice que todavía está atrapado allí, condenado a vagar para siempre entre las paredes de la casa embrujada.
La historia de la Casa del Susurro se convirtió en una leyenda local, y nadie se atrevía a acercarse a ella. Sin embargo, aún se dice que se pueden escuchar los susurros y los gritos de Michael en las noches de luna llena. Aquellos que se atreven a acercarse demasiado a la casa, nunca regresan.